Tetuaneros por el mundo… Raissa Tromp

En esta nueva sección «Tetuaneros por el mundo» queremos conocer cómo viven fuera de nuestras fronteras vecinos nacidos en Tetuán que emigraron por diferentes razones. Además de saber más de su día a día, queremos conocer cómo era su familia aquí, cómo vivían en Tetuán y qué echan de menos del barrio.

Raissa Tromp, desde Aubel (Bélgica)

Raissa Tromp nació en Tetuán pero fue a vivir a Bélgica cuando tenía 8 años. Vive en una pequeña localidad cerca de Lieja llamada Aubel, con una población de poco más de 4.000 personas. En su día a día, trabaja en un Bed & Breakfast (un hotel) de su propiedad en el que además vive: La Bushaye.

AT – ¿Cuándo y por qué te fuiste a vivir a Bélgica?
RT – Cuando mi hermano mayor tenía que ir a la enseñanza secundaria (septiembre del 1981) mis padres decidieron volver a los Países Bajos con los niños. En esos tiempos los colegios en España no eran muy buenos… Mi padre dijo que se buscaría un trabajo en una Universidad en los Países Bajos, pero al final nunca lo hizo (estaba demasiado a gusto allí en Madrid) y se quedó trabajando en la Complutense hasta después de su jubilación en el 1996. Nosotros volvíamos todos los veranos a Madrid (un mes/mes y medio) para estar todos juntos y él venía a vernos durante las vacaciones de Navidad y de Semana Santa.

AT – ¿Qué recuerdos guardas con más cariño de tu vida aquí en Tetuán?
RT – ¡Muchísimos!
Los paseos por Bravo Murillo para tomar un helado (casi a la altura de cuatro caminos)
El parque (infantil) de Leñeros
Hacer footing con mi padre en la Dehesa de la Villa
Los porteros de nuestro piso (Leñeros 37) que se llamaban Mariano y Juana
La panadería de Matías y su mujer (en la cuesta de Leñeros)
La colonia de Bellas Vistas donde había un árbol con flores comestibles
La piscina municipal en la calle Numancia
El mercado de San José
Al colegio de María Auxiliadora tengo recuerdos contradictorios… Por un lado me lo pasaba muy bien (Sor Victoria era un ángel) pero por otro lado había monjas menos sinceras que maltrataban a ciertas niñas…

AT – Háblanos de tu familia, dónde vivían, a qué se dedicaban…

RT – Mi padre Johannes Antonius Stephanus Tromp (que era neerlandés) se mudó a Madrid a finales de los 60 para empezar a trabajar como profesor (primero de alemán y después de neerlandés) en la Complutense. Mi madre, Corry Tromp, era ama de casa. Tuvo tres hijos. Nacimos todos en el hospital que está allí entre Pablo Iglesias y Cuatro Caminos. Vivimos siempre en Leñeros. Recuerdo que desde nuestra terraza (que daba a lo que ahora es la calle Alejandro Rodríguez) se veía el campo con ovejas.

AT – ¿Vuelves a menudo a Tetuán? ¿Qué lugares visitas cuando vienes?
RT – Cuando voy a Madrid, que suele ser más o menos cada dos/tres años siempre paso por Tetuán… me encanta ver los sitios de mi infancia. Suelo bajar del metro en Estrecho y pasear por Bravo Murillo, Francos Rodríguez, Jerónima Llorente, pasar por mi colegio, ir a la Dehesa…

AT – ¿Hay algo que eches más de menos de Tetuán o de Madrid?
Lo que echo más de menos es la idea de estar en un pueblo aunque te encuentres en una ciudad supergrande… Yo en Madrid siempre me siento muy segura, mucho más que en otro lugar. También echo de menos a todas las personas que significaron mucho en mi vida: mis padrinos, los porteros, las familias del piso, mis amiguitas del piso y del colegio…

AT – ¿Vas a volver a vivir en Tetuán?
RT – No creo. Me gustaría, pero tengo un marido y una hija que no hablan español y no sienten lo que siento yo al estar allí. Pero cuando tenga muchos años… ¡que me dejen allí en un banco del parque de la Dehesa!