Historia de Tetuán: las fiestas de Tetuán de las Victorias y Cuatro Caminos

Tetuán y Cuatro Caminos eran barrios llenos de fiestas populares, kermesses (gran baile con orquesta en vivo), procesiones y juegos en las calles. Desde las fiestas de la Virgen de las Victorias, que atraían a cientos de vecinos con sus gigantes y cabezudos, hasta las sobrias pero populosas cabalgatas de reyes, las fiestas contribuían a crear una identidad propia de barrio que aún hoy en día perdura.

Bea Burgos

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Fotografías y texto extraídas del libro «TETUÁN» por BeaBurgos



Procesión de la Virgen de las Victorias

Procesión de la Virgen de las Victorias, 1945. Foto cedida por Casa Sotero para el libro «TETUÁN» por BeaBurgos

El barrio de Tetuán de las Victorias, al tener su origen en el fin de la Guerra de África, nació con carácter festivo. En el periódico La Iberia del día 5 de febrero de 1870 encontramos el primer anuncio de las fiestas:

Para festejar el aniversario de la entrada en Tetuán, habrá en el pueblo del mismo nombre una solemne función de iglesia y solemnes festejos populares”.

A partir de este momento se instauró la tradición de recordar la victoria con varios festejos callejeros, si el tiempo lo permitía, cada 5, 6 y 7 de febrero.

Se colocaban dos arcos monumentales de tres ojos cada uno que ocupaban todo el ancho de la carretera de Francia. Uno se situaba a la entrada de Tetuán, frente a la calle de San Pedro (hoy ya desaparecida, a la altura de la actual Juan Yagüe), y el otro, frente a la explanada de la plaza de toros. Los arcos, de armadura de madera, se conservaban de un año para otro. Cada año se limpiaban, se revestían con ramas de pino procedentes de los pinares de Chamartín y la Dehesa de la Villa y se adornaban con banderas y gallardetes de los colores nacionales.

Del centro del arco tendía un retrato del General Prim a todo color representando el momento de arengar a sus tropas en la batalla de los Castillejos. Se instalaban en la carretera dos tablados para la música, una entre las calles de Prim y de Wad-Ras y el otro en los terrenos frente a la calle de San Felipe. En ambos tocaba la banda del Hospicio.

El programa incluía fuegos artificiales, bailes públicos, cucañas, carreras de galgos, subasta de canastillos donados por los vecinos, y las fiestas religiosas, entre las que destacaba la procesión de la Virgen de las Victorias, con el siguiente recorrido: calle de Tetuán, Mariana Pineda, O’Donnell, Topete, Serrano, Prim, O’Donnell, Santa María y Tetuán, donde entraba de nuevo en el templo. Hoy en día, estas calles toman otro nombre, ya que en un principio Tetuán adoptó los nombres de los generales de la Guerra de África, por ejemplo, la calle Topete sería hoy Naranjo, Serrano es la actual Araucaria, O’Donnell era Bravo Murillo a su paso por Tetuán de las Victorias y la antigua calle de Prim, donde se establecía el límite con Madrid, era la actual Tablada.

Fiestas de Tetuán de las Victorias

Gigantes y Cabezudos en las fiestas de Tetuán de las Victorias. Foto: Santos Yubero (1939). Fuente: «TETUÁN» por BeaBurgos

Las fiestas de Tetuán de las Victorias estaban siempre amenizadas por gigantes y cabezudos, que solían encarnar a algún personaje popular o de la actualidad. Entre ellos destacaba uno apodado Romanones, que todos los años figuraba a la cabeza de los gigantes y cabezudos, y que se caracterizaba por su pronunciada cojera y que hacía reír con sus movimientos a los niños del barrio.

Las fiestas de Nuestra Señora de la Victorias pronto se trasladarían del invierno al período estival.

Las fiestas de Tetuán de las Victorias después de la guerra

Superada la guerra y los peores años del hambre, en las décadas de los 50 y 60 las fiestas tenían una duración de 15 o 20 días (27 de junio a 19 de julio aproximadamente), aunque los días grandes eran del 4 al 8 de julio. En lo que tocaba a su carácter religioso, se celebraban novenas, rosarios de la Aurora, misas solemnes y la procesión de la Virgen. En el apartado deportivo, se celebraban carreras infantiles y una carrera ciclista, además de un torneo de fútbol.

Se acompañaban estas con otros festejos, como bandas de música, varias kermesses, fuegos artificiales, cabalgatas, gigantes y cabezudos, dulzainas, cohetes, conciertos, etc. Unas de las actividades que más gustaban a los vecinos de Tetuán eran los concursos, de las que había decenas: concursos de tango, de rock & roll, de cuplé, carreras de burros, gymkana motorista, “fuegos japoneses” frente a la Casa de Socorro, e incluso una simpática gran carrera de camareros, que tenía lugar desde la calle Tablada hasta la Tenencia Alcaldía. Por último, había también espacio para la beneficencia. Se recogían víveres para los más necesitados.

Fiestas de Tetuán

Recorte de prensa sobre las fiestas patronales de Tetuán. ABC. 11 de julio de 1957.

Las fiestas de Cuatro Caminos

Por su parte, en Cuatro Caminos durante el período de la Restauración comenzó a celebrase en agosto la festividad de Nuestra Señora de los Ángeles, patrona del barrio.

Comenzaban el día 2 de agosto y el ferial, con casetas, aguaduchos, norias, toboganes, etc. se instalaba donde hoy están Reina Victoria y Raimundo Fernández Villaverde. La fiesta comenzaba por la mañana, con función religiosa en la parroquia del barrio, Nuestra Señora de los Ángeles y luego había una solemne procesión por el barrio.

Por la tarde, los gigantes y cabezudos entretenían a los niños y jóvenes que pasaban por las casetas de tiro al blanco, de dardos y otros juegos mecánicos. Por la noche, tenía lugar el baile, o la “kermesse”, para la cual se decoraban solares con luces, colores y serpentinas y se habilitaba un escenario para el conjunto musical que actuaba en vivo.

Tenían lugar varios concursos: para las mujeres: de mantones, de piernas bonitas etc. y para los hombres, concurso de feos. Se elegía, además, a una especie de reina de las fiestas, a la que se llamaba «Chulapa de Cuatro Caminos«.

Historia de Tetuán

Concurso de mantones de manila durante las fiestas de Cuatro Caminos. Recorte del periódico «La Libertad» (1934).

Fiestas en otros barrios de Tetuán

Otros barrios que tenían sus propias fiestas eran la Almenara, que las celebraban en San Juan, y La Ventilla, dedicadas a Nuestra Señora del Carmen. Estas se celebraban los días 18, 19 y 20 de julio.

No faltaban en ellas las kermesses, fiestas nocturnas en las que solares sin edificar se decoraban con luces y farolillos de colores y un conjunto tocaba música en vivo. Mientras unos bailaban, otros se divertían con las rifas y los concursos, muy parecidos a los de las fiestas de Tetuán de las Victorias y Cuatro Caminos.

En La Ventilla se celebraban además, durante el día, gigantes y cabezudos, carreras de bicicletas, partidos de fútbol en los que se jugaba contra las barriadas vecinas, y competiciones varias, como carreras de sacos, cucañas y concursos de “rompepucheros”.

One Response

  1. BeaBurgos Mariano Sanz 28 septiembre, 2014

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