Historia del Canal de Isabel II en la AAVV Cuatro Caminos-Tetuán

La asociación de vecinos Cuatro Caminos-Tetuán ha organizado un taller de historia del Canal de Isabel II, en el que recogen detalles de la historia del agua de Madrid a su paso por la capital y por la margen oeste del actual distrito de Tetuán.

Bea Burgos 05.06.2014



El Canal Bajo de Madrid, es decir, la parte más baja del Canal de Isabel II, la que llega hasta el mismo corazón de Madrid, hace un recorrido por la capital que atraviesa gran parte del distrito de Tetuán. Es por ello uno de los temas elegidos por la asociación de vecinos Cuatro Caminos-Tetuán para sus habituales talleres de historia.

La próxima semana, el taller recorrerá la construcción y la historia del Canal Bajo desde el Campo de Guardias al parque de los Pinos, un evento al que invitan a todos los vecinos de Tetuán y de Madrid interesados en nuestra historia.

Precedentes: El viaje de agua de Amaniel

El abastecimiento de agua a Madrid se realizó desde la época árabe y hasta la creación del Canal de Isabel II en 1858, mediante un sistema de galerías excavadas en el subsuelo que captaban el agua subterránea. Las galerías se inician en las afueras de la ciudad en los pueblos de El Pardo, Fuencarral y Canillas y descienden con suave pendiente hasta el centro de la ciudad.

Las galerías atraviesan las formaciones arenosas terciarias de la cuenca de Madrid que son permeables, captando el agua de este sistema freático. Son aguas potables aunque algunas de ellas con un contenido importante en carbonato cálcico (aguas gordas).

Fuente del Caño Gordo

Fuente del Caño Gordo. Paseo Juan XXIII – Madrid. Foto: Juanjo Alonso

Las galerías se excavaron en mina en las arenas de Madrid y fueron revestidas con fábrica de ladrillo en muchos tramos. Contaban con numerosos pozos de aireación que hoy en día son aun visibles en numerosos registros, en forma de capirotes (pirámides de granito de unos 70 cm de altura y unos 80 cm de base) además de arquetas de granito y algunas recientes de fundición. Esta red con una extensión de más de 150 km abastecía numerosas fuentes, algunas aun conservadas, distribuidas a lo largo de la ciudad aunque sin servicio. También abastecían a edificios públicos y palacios.

El viaje de Amaniel fue construido entre 1614 y 1619 por la corona para el abastecimiento de agua del Alcázar Real. Discurre a lo largo de 6 km entre el cementerio de Hortaleza y el Palacio Real. Este viaje llegó a tener un caudal de 90.000 litros por día.

El viaje tiene dos ramales: uno que discurre por la Dehesa de la Villa, donde son visibles al menos 6 capirotes que tapaban sendos pozos de ventilación del mismo. El otro discurre desde la Huerta del Obispo (parque de la Ventilla), donde también son visibles varios capirotes, y atraviesa el barrio de Tetuán para juntarse con el otro ramal en la Quinta de los Pinos.

Foto y textos: Juanjo Alonso en Aquí Tetuán

Historia del Canal Bajo de Madrid

Evidentemente, el agua a domicilio no existía antiguamente en Madrid, así que los vecinos de la villa tenía que ir con sus cántaros a las fuentes o bien comprarla a los aguadores. Fueron numerosos los proyectos para traer agua a Madrid desde alguno de los ríos de la sierra madrileña.

Durante la primera mitad del siglo XVIII se sucedieron los estudios, proyectos y notas sobre posibles abastecimientos a Madrid, sin dar ninguno de ellos resultados efectivos. Cabe destacar los estudios de Andrés Martí (1737), que propuso traer aguas del río Jarama para regar 883 fanegas de tierra; los de Vicente Torralba (1738) y Joaquín Basses (1738), proyectos que podían considerarse como imaginativos, pues carecían de base al no ir acompañados de nivelaciones. Entre los proyectos que se sucedieron a lo largo de este siglo algunos optaban por traer el agua del río Manzanares, otros por el río Lozoya. La traída del agua del río Lozoya dio lugar al Canal de Isabel II.

Acueducto de Amaniel

Acueducto de Amaniel (1958). Foto de Santos Yubero incluida en el libro «Tetuán»

Ante la inminente necesidad de abastecer de aguas potables a la capital, el 10 de marzo de 1848, el entonces Presidente del Consejo de Ministros, Juan Bravo Murillo, comisionó a los ingenieros Juan Rafo y Juan de Ribera para que informasen sobre los distintos proyectos realizados hasta entonces para traer agua a Madrid y plantearan la solución idónea para alcanzar el fin perseguido. A los nueve meses, los mencionados ingenieros presentaban un informe en el que proponían la utilización del río Lozoya, por encima de su confluencia con el Jarama, por ser aquél el río de mayor caudal. El proyecto fue aprobado, y el 11 de junio de 1851, el rey consorte Francisco de Asís, colocaba la primera piedra de las obras del Pontón de la Oliva.

La línea de las obras del canal, desde el Pontón de la Oliva hasta Madrid, se dividió en varios tramos: el Pontón, desde la presa hasta el arroyo Malacuera; el Espartal, hasta el arroyo Morenillo; el Molar, hasta el arroyo Colmenarejo; Viñuelas, hasta el arroyo Valdelamasa; y Valverde, hasta el depósito de recepción.

La inauguración oficial tuvo lugar el 24 de junio de 1858, con un solemne ceremonial que incluía la puesta en funcionamiento temporal de un espectacular surtidor, junto a la iglesia de Montserrat, en la calle de San Bernardo.

Durante siete años, mil seiscientos obreros, en su mayoría presidiarios a los que se les había prometido la redención de sus penas, trabajaron en la construcción de la presa del Pontón de la Oliva y los 77 kilómetros de conducciones que traían el agua del Lozoya hasta un depósito situado en el antiguo Campo de Guardias de Chamberí, con capacidad para 58.000 metros cúbicos.

Hacia 1865 se inició la construcción del Segundo Depósito entre Bravo Murillo y Santa Engracia con capacidad para 183 metros cúbicos entrando en servicio en 1876. En 1905 se hundió la cubierta de hormigón del Tercer Depósito, actual parque de Santander, ocasionando decenas de víctimas entre los obreros que trabajaban en su construcción.

Historia del Canal de Isabel II

Puente acueducto de los barrancos (1990) Foto: Colección particular en el blog http://cordelesdehesavilla.blogspot.com.es/

A finales del siglo XIX, la población de Madrid se había triplicado alcanzando los casi 600.000 habitantes. Ante las necesidades de garantizar el suministro de agua potable, el Canal proyectó la construcción de un tercer depósito con mayor capacidad que los dos anteriores. El emplazamiento elegido fue el espacio que hoy limitan las avenidas de Islas Filipinas y de San Francisco de Sales y las calles de Pablo Iglesias y Santander. El tamaño de la obra era excepcional, un aljibe con capacidad para almacenar cerca de 500.000 m3 de agua con una cubierta de 80.000 metros cuadrados.

Texto: Antonio Ortiz en el Blog Los Cordeles de la Dehesa

Taller de historia en la AAVV Cuatro Caminos-Tetuán

¿Dónde?

AAVV Cuatro Caminos-Tetuán.
Calle San Enrique, 16-1º

¿Cuándo?
Lunes, 9 de junio a las 19:00

¿Cuánto?
Entrada gratis

One Response

  1. BeaBurgos Carmen Mejía 23 febrero, 2016

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