El CEPI Hispanodominicano acoge «Viejas fotos” de Tetuán

Por Marta Guijarro, 04.04.2012

El barrio ha cambiado mucho…como nosotras mismas” dice Tránsito, una de las protagonistas de la obra “Viejas fotos” que el viernes 30 de marzo fue representada en el CEPI Hispano-dominicano, dentro de las actividades del Día contra el racismo”.

El espectáculo es el fruto de 6 meses de trabajo del taller de teatro comunitario de Tetuán que se reúne cada martes en el CEPI hispano-dominicano. En esta ocasión, los participantes (en su mayoría mujeres) han desarrollado la obra a partir de las fotografías y testimonios contenidos en el libro “Historia e historias de Tetuán” que recoge recuerdos del barrio y experiencias de personas inmigrantes.

 

El hilo argumental es la conversación entre dos mujeres, una tetuanera y una peruana, mientras miran fotografías antiguas. Así se van entremezclando escenas en las que se muestran aspectos comunes de las dos orillas junto con preocupaciones actuales (crisis, paro…)

Uno de los recuerdos que se representan es el de las “traperas” (en Madrid) o “ropavejeras” (en Lima), personas que rebuscaban trastos en la basura para después venderlos en el rastro o por la calle.  Canciones que cantaba la gente del barrio y artistas locales como “Ojos verdes” o “Me gustas tú” también tienen su espacio en la obra.

El guión de “Viejas fotos” ha sido elaborado por los integrantes del grupo de teatro comunitario en el que además de vecinos de Tetuán, hay personas de Chile, Colombia, Argentina, Perú…. Como dice su director, Jorge Casino, “la idea es que cada uno aporte lo suyo, según su procedencia, edad, experiencias…Lo que queremos es integrar todo esto.”

Pese a la falta de medios económicos, la obra resulta emocionante no solo porque está repleta de historias de vida sino sobre todo por el entusiasmo de las actrices y el director. El tema elegido y la manera de abordarlo son dos aciertos. Se trata de un espectáculo muy recomendable que pone el acento en uno de las experiencias humanas más universales: la nostalgia por el paso del tiempo.

La obra termina con una declaración esperanzadora, que invita a una reflexión personal y comunitaria: “Salimos se aquella época tan dura y difícil, y de ésta también saldremos, ¿o es que no hemos aprendido nada?”

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